Niño-Hombre
Acaso he escrito tu historia
antes que nadie.
En desnudas madrugadas
y ocasos de nostalgia,
con los pechos turgentes
y la piel suave,
he escrito tu destino
desde el vientre.
En renglones difusos veo al niño.
Al niño pequeño que camina
con pasos vacilantes,
y sin fronteras,
hacia el largo camino de la vida.
Repetidos abrazos lo despiden.
Y quedan despojados de aquel niño
que ahora lucha por ser hombre.
Ahora vuelve el niño y yo lo veo.
Ya no es el paso pequeño y vacilante
el que regresa.
Ahora vuelve el niño y yo lo veo.
Con su paso seguro. Hecho un hombre.
Aquella que trazara ayer tu historia,
con brotes lozanos y repentinos trinos,
tampoco hoy es la misma.
Hay espera y desvelo en su mirada,
... y aún te nombra:
-- Vienes a mí, como hace tiempo.
Ven, siéntate en mi falda.
Como entonces, Niño-Hombre,
yo te acuno…
María Rosa
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