miércoles, 29 de septiembre de 2010

Ajedrez-Jorge Luis Borges-


En su grave rincón, los jugadores
rigen las lentas piezas. El tablero
los demora hasta el alba en su severo
ámbito en que se odian dos colores.

Adentro irradian mágicos rigores
las formas: torre homérica, ligero
caballo, armada reina, rey postrero,
oblicuo alfil y peones agresores.

Cuando los jugadores se hayan ido,
cuando el tiempo los haya consumido,
ciertamente no habrá cesado el rito.

En el Oriente se encendió esta guerra
cuyo anfiteatro es hoy toda la tierra.
Como el otro, este juego es infinito.

II

Tenue rey, sesgo alfil, encarnizada
reina, torre directa y peón ladino
sobre lo negro y blanco del camino
buscan y libran su batalla armada.

No saben que la mano señalada
del jugador gobierna su destino,
no saben que un rigor adamantino
sujeta su albedrío y su jornada.

También el jugador es prisionero
(la sentencia es de Omar) de otro tablero
de negras noches y blancos días.

Dios mueve al jugador, y éste, la pieza.
¿Qué Dios detrás de Dios la trama empieza
de polvo y tiempo y sueño y agonías?

martes, 28 de septiembre de 2010


Cosas de hombres y mujeres,
los amoríos de ayer,
casi los tengo olvidados,
si fueron alguna vez.


Antonio Machado

AUSENCIA

Habré de levantar la vasta vida
que aún ahora es tu espejo:
cada mañana habré de reconstruirla.
Desde que te alejaste,
cuántos lugares se han tornado vanos
y sin sentido, iguales
a luces en el día.
Tardes que fueron nicho de tu imagen,
músicas en que siempre me aguardabas,
palabras de aquel tiempo,
yo tendré que quebrarlas con mis manos.
¿En qué hondonada esconderé mi alma
para que no vea tu ausencia
que como un sol terrible, sin ocaso,
brilla definitiva y despiadada?
Tu ausencia me rodea
como la cuerda a la garganta,
el mar al que se hunde.

Jorge Luis Borges

jueves, 29 de abril de 2010

La poesia

Antigua y solitaria
se abraza a mi.

A veces,
su presencia inquieta mis horas,
intento apresarla,
mas,
se evade.

No me dejo vencer por su artificio;
mas alla de sus contornos,
indago en sus silencios.
Docil,
acude a mi llamado.

Me quema con su aliento como una presa en celo;
lame mi memoria con un mimo,
me habita con asperas vocales.
una vez mas se aleja,
displicente.

Cuando ya no la pienso,
la presiento.
con su aroma se embriagan mis sentidos.

Al fin,
se entrega.
Extasiada, recorro su cuerpo cual amante,
arrullo sus caireles hasta adormilarlos,
y entonces,
se devela.

Y bendita
y redendora,
me libera.

Maria Rosa Obispo
24 de marzo de 2010

Lluvia


Minuciosa,
empapa nuestros cuerpos.
Metodica,
rocia el alma con sus hilos grises

Somos complices
de su lamento helado
que erosiona el alma,
que socava sueños,
que lava caricias...

En el cotidiano vivir nuestros rostros cambian.

Maria Rosa Obispo
24 de marzo de 2010

sábado, 13 de febrero de 2010

Cual centinela de plata...

Cual centinela de plata,
la luna,
va contigo en el camino.

Mis calladas palabras
están escritas en sus límites.
Mis largos desvelos,
grabados en su costado oscuro.
Obstinada en el recuerdo,
te custodia y te indaga en el silencio.
Ella sabe el nombre que se ahoga en tu garganta;
y construye una voz
que lo libere.

Cual centinela de plata,
la luna,
va contigo en el camino.

No comprende ni el silencio ni el olvido,
ni la muerte.
Encadenada a tí,
sólo sabe de mágicas entregas.
y sin que tú lo notes,
inclina su faz en una sombra quieta.

Cual centinela de plata,
la luna,
flota sin destino en el camino.

No la ignores.


María Rosa Obispo. 22 de febrero de 2010


jueves, 11 de febrero de 2010

Diciembre




No fue diciembre un derroche de jazmines.
Fue diciembre
sin trinos,
y sin soles.

No fue diciembre una fiesta de largos días dorados.
Fue diciembre
sin risas,
y sin alas.

No fue diciembre con la mesa larga.
Fue diciembre
sin papeles ruidosos,
sin magia
y sin campanas...





María Rosa Obispo.
11 de febrero de 2010

miércoles, 10 de febrero de 2010

Mi isla




En medio del océano
construiré con mis manos una isla.
Será de arenas blancas,
con pétalos y piedras.
Con árboles enormes
color verde esmeralda.
Con pájaros dorados
y flores amarillas.

En medio del océano
construiré con mis manos una isla
donde habiten imágenes,
donde plasme momentos
y siembre mis adioses.
etéreos...
sombríos...
olvidados...
en medio del océano.


María Rosa Obispo
11 de febrero de 2010

¿Es el tiempo...?



En qué recóndito lugar
de nuestra alma quedan
los jardines, el miedo,
y aquel amor en vano.

Dónde se esconde la luz
de aquellos ojos bonachones.

En qué recóndito lugar
penetran tan despacio
ademanes y rostros perturbados,
pesados pasos que vienen desde lejos,
cuando la muerte llega
y cubre de sombría quietud a las paredes.

Con su lenta insistencia,
es el tiempo tal vez el que se encarga,
de acumular el polvo,
de apagar a las voces,
de secar los jardines.

de hacer mi sombra enorme...


María Rosa Obispo
11 de febreo de 2010

martes, 9 de febrero de 2010

En este punto...


Aquí,
en este punto en el que estoy parada,
me duelen todavía
las ausencias.
Los nombres que no fueron,
los silencios que hablaron.
Ahora,
soy todo pensamiento y memoria.
Ahora,
me descubro.
Y agito las ausencias,
vocalizo el silencio,
desando viejos tiempos
y soy sólo yo.



María Rosa Obispo
9 de febrero de 2010

lunes, 8 de febrero de 2010

Rescate



Ahí estabas,
en el umbral de mi tristeza.
Con los ojos ávidos.
Con tu piel surcada de caminos.
Ahí estabas,
con un casto corazón
cargado de sueños y de olvidos.
Estabas ahí,
sin máscaras inútiles,
y con tu cruda verdad sin retaceos.
Ahí estabas,
en el umbral de mi tristeza.
Como un equilibrista habías llegado
por mi tortuoso hilo que,
a punto de cortarse,
te descubre.
Alto y sereno,
en el umbral de mi tarde oscurecida.
Ahí estabas.
Para colmarme de luz.
Para habitarme toda.
Para rescatar mi sonrisa en las heridas.

María Rosa Obispo
8 de febrero de 2010

domingo, 31 de enero de 2010


Aún...

Aún estoy viva.
Aún el mar murmulla allá a lo lejos.
Aún sale el sol.

Aún llevo a cuestas las ausencias.

Debo encontrar ese viaje interior
que me transporte,
al nombre suspendido,
callado y triste,
que nace debajo del olvido.

Mi sombra se proyecta en el camino;
aún no encuentra la razón
que la sujete al tiempo.

María Rosa
31 de enero de 2010

martes, 26 de enero de 2010

Por favor sé gentil -de Jill B.Englar-


Por favor sé gentil conmigo,
porque estoy haciendo mi duelo.
El mar en el que nado es solitario
y las costas parecen estar lejanas.
Cuando intento enfrentar cada día
ondas de dolor empañan mi alma.

...
Acompáñame y compartí mis lágrimas,
sentate manteniendo silencio que me dé calor.
Respetá en qué tramo de mi viaje estoy,
y no en dónde tu supones que debería estar.

...
Necesito tu soporte y tu comprensión,
no hay nada bueno o malo para hacer el duelo,
yo tengo que encontrar mi propio camino.
Por favor: decime que vas a ser capaz de caminar a mi lado.

REGRESO


Vengo,
de una larga calle desolada,
donde confabulados fantasmas
se aferraron a mi cuerpo.
Ellos,
entrelazaron sus largos dedos opacos y
primero,
me desearon,
ávidos.
Más tarde,
me poseyeron toda.
Fueron campanas, estrellas, olas.
Con falsos tañidos,
estrellas repetidas,
olas envolventes.

Aún,
caminan en un profundo hueco de silencio.
Aún,
cuando mi memoria les da forma,
me acechan en noches pavorosas.
Entonces,
me resisto a olvidarlos,
trato de hallar un atisto de blanca transparencia.

Al fin,
después de tanta y tanta ausencia,
entre ellos y yo
hay un abismo.
Los fantasmas se marchan,
se diluyen,
se escurren lánguidos
por mis senos blancos,
por mi vientre trémulo.
Mi cuerpo entero y
mi memoria,
ya no ofrecen resistencia.

María Rosa
26 de enero de 2010

viernes, 1 de enero de 2010

DISTANCIA

HIJO,

tranquilo...

No temas,

tranquilo...


Sabes cuantas veces emprendí el regreso

y una enorme roca obstruyó mis pasos.

¿Sabes cuántas...

cuántas...?

No temas,

tranquilo...


La luz que me enciende

jamás se consume.

Es norte, sendero,

soles infinitos...


No temas, tranquilo...

Si la luz inmensa,

esa que me enciende,

esa que nos une y abrevia distancia

JAMÁS se consume...


HIJO,

tranquilo...

No temas,

tranquilo...


María Rosa

1º de enero de 2010>

Despertares


Me visitan,
deshojados, revoltosos, tristes.
Un cosquilleo insidioso me trae tu recuerdo.
Imagen tras imagen,
te traen,
hostil,
a mi presencia.
Y te quedas ahí,
custodiando mis muros y mis límites.
Y te quedas ahi,
arañando el contorno de un olvido ficticio.
No hay gesto,
ni entrega,
ni tiempo compartido,
que te hagan volver
a aquel estrecho rincón inventado en nuestras vidas.
Y te quedas ahí,
cual habitante ausente,
en esta pobre y empecinada
memoria mía,
que en cada deshojado despertar
te rescata,
sutilmente,
a un tibio rincón inventado en nuestras vidas.
María Rosa
1º de enero de 2010