Aún sigo buscando esa palabra...
la busco en el empedrado de la calle vieja,
en el solitario café de un día quieto...
Una palabra única que devele
el infinito placer de tus paréntesis...
una palabra redentora, que musite
que no soy un sueño que tú sueñas...
Una palabra silenciosa, que acaricie
el opaco reflejo de tu espejo...
Una palabra honda, que libere
la razón de tus dudas repetidas...
Una palabra encendida, que descubra tu mirada.
La mirada que no mira...
Una palabra luminosa, que recorra el misterioso
laberinto de tus lunas...
Aún sigo buscando esa palabra...
La busco en el empedrado de la calle vieja,
en el solitario café de un día quieto...
María Rosa- noviembre de 2002-
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