miércoles, 1 de abril de 2009




Cambiar de rumbo


Centinela de la noche,
la luna se recorta entre los árboles.
Las sombras, desveladas,
combaten en el empedrado de la calle vieja.
Con el lenguaje parco y severo dieron la orden. Encendieron las armas y
bombardearon su corazón a insultos...
La figura escorada avanzó opaca
y emprendió el camino de regreso.
Desembarcó
en una bahía
Buscaba refugio para su alma.
Desde la trinchera interrogó a la vida.
Abatida, suplicó una tregua.
Pasó algún tiempo para que cesara
el fuego en su espíritu.
Entonces...
Mutó la estrategia de su vida,
giró la mirada...
y vio sólo el este.

María Rosa
agosto de 2001

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