... entonces,
la vieron llegar aquella tarde.
Montado su cuerpo
a las tardes huérfanas.
Desnuda su alma
de palabras breves.
Repletos sus senos de ocres otoñales.
...entonces,
la vieron llegar aquella tarde.
Traía en sus labios
húmedos y azules,
el dulce sabor de los brevales.
Y en sus ojos verdes,
trepidantes,
verdes,
la vigilia cósmica de una larga espera.
... entonces,
la vieron llegar aquella tarde.
Premonitoriamente,
toda ella,
develaba el atisbo dorado de un poema.
María Rosa-junio de 2009-
martes, 30 de junio de 2009
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